Cómo no podía ser de otra manera hemos tenido un recuerdo especial para el actual estado de nuestra compañera MERTXE. Deseándole lo mejor del mundo y pensando en el gran abrazo que debe sentir de quienes hemos estado al tanto de su último tramo del camino.
Que estupendo sería poder repartir entre varias personas aquellas cargas que tanto nos mortifican y que además son ineludibles. Pero sólo podemos expresar nuestros sentimientos con nuestra forma y estado de ánimo.
NUESTRO CARIÑO PARA MERTXE, ESPERANDO QUE LE PUEDA SERVIR DE ALGO.
En otro orden de cosas constatar la baja sintonía en la que parece nos encontramos. Un vacío inmenso que no llegamos y no sabemos como colmar. Y ello mismo nos produce desazón e intranquilidad, pérdida del rumbo y de la capacidad de aportar o dar nada de nosotras y nosotros mismos.
Cada vez que pensamos en ello es una nueva decepción e incapacidad para poder remontar los malos momentos que además nos devuelven a rincones obscuros que ya pensábamos tener superados, pero, no, siguen ahí, acechando y en perpetua vigilia, como si buscarán esa oportunidad que siempre podemos ofrecer.
¿No es posible librarnos de las dudas, los miedos, la falta de reconocimiento de cuánto hacemos?.
Me niego a creerlo y deberemos luchar contra ello con cualquier arma de que dispongamos o estaremos perdidos.
Creo, sólo, me resta pedir ánimo para mí mismo y tratar de salir del Laberinto con o sin el Minotauro.
¿AMANECER O ATARDECER,?. QUÉ MÁS DA, LO IMPORTANTE ERA ESTAR VIÉNDOLO, O ESO PIENSO AHORA.
SALUDOS
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