miércoles, 23 de marzo de 2016

LAS VENTANAS DE ITZIAR

Creo que con esta acción colmaremos los deseos de muchas de las componentes de la Asociación y además será nuestra aportación a una persona muy querida por todas, y a la que debemos mucho y espero no le disguste el uso.

Hace muchos, muchos años vivíamos en cuevas. Debéis imaginar la gran abertura abierta a las inclemencias del tiempo y los elementos. Sería algo bastante "duro" y difícil de evitar.
Debieron de pasar años y años para que pudiéramos resguardarnos de las inclemencias. Seguramente haríamos todo lo posible y lo imposible para resguardarnos, pero no teníamos luz.
Era necesario hacer algo para poder estar en la cueva resguardados y a la vez poder ver sin tener que aguantar la cantidad de huno que echaban las hogueras tan necesarias para calentarnos, cocinar y alumbrar todo lo que hacíamos en nuestro reducto.
Fue entonces cuando alguien, seguramente una mujer, ya que estaban siempre trabajando y obligadas a soportar todo el humo. ese fue el momento en que se le ocurrió romper un trozo de la muralla que tapaba la entrada, no era ni grande ni pequeña, ya que no había entonces cristales ni nada que pudiera dejar entrar sólo la luz. Permitía ver la luz, aunque también el resto de elementos pero también se podía bloquear.

Bueno pudo ser así, espero que al menos no os parezca muy loca la idea.

Bién antes de que podaís asomaros a la ventana os voy a invitar a un vuelo en globo, deseo que no tengáis miedo a las alturas.

Felices sueños Reinas de la Tierra.



Es pequeña, está en la sombra para proteger sus flores, pero delicada y colorida.



1 comentario:

  1. Nunca he volado en globo y pienso que sería una experiencia alucinante. Desde las alturas podríamos observar muchas y maravillosas cosas, también sentir el vértigo estomacal que una de dos: o te hace vomitar o te sube la adrenalina hasta hacerte sentir un ser superior.

    Lo que no podríamos observar desde un globo sería esa bonita ventana con la que hoy deleitas nuestros sentidos, ni tantas y tantas bonitas ventanas que nuestra querida Iciar y tu mismo habéis tenido el placer de ver a lo largo y ancho de esos maravillosos viajes que habéis realizado. Sin embargo lo que si podemos hacer de algún modo, es intentar sacarlas, darlas vida y mostrarlas como homenaje a Iciar que ha sido quien nos ha unido y que a la vez tiene un deseo especial en que las demos a conocer.

    En nuestras manos está esta labor, en algún momento habrá que darlo forma, en nuestras manos está que se conozcan.
    Por ella, porque se lo debemos.

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